martes, 12 de noviembre de 2019

Coincidieron

Coincidieron.

Entre promesas y risas, compartieron sus sueños y nombraron sus miedos. "Total y profundamente", se dijeron, flotando de bonito.

Nunca se volvieron a ver.

martes, 29 de octubre de 2019

Su aroma

- ...y fuimos por un café.
- Pero, tú no tomas café.
- Lo sé, - respondió, la mirada perdida. Dos años después de la única vez que se vieron, todavía recordaba su aroma.

lunes, 21 de octubre de 2019

Monstruo

Ella tenía miedo.

Él era enorme, peludo, con una boca gigantesca. Pero sonreía. Eso le dio confianza, así que se acercó, tímida.

- “Hola”, alcanzó a decir antes de que él pusiera sus ojos en ella. La sonrisa no coincidía con esa mirada. Se quedó inmóvil, aterrada, por primera vez consciente de lo absurdo de su situación. Qué tonta había sido en acercarse tanto.

Después de una breve conmoción, todo quedó en silencio.

Qué raro, pensó él. Parecía que alguien le había dicho algo, antes de que el instinto tomara el control. Pero no, estaba solo. En fin.

Después de todo, él era solo un monstruo.

jueves, 3 de octubre de 2019

Alas

Me ofreció sus alas. Gracias, pero no.

Me ofreció su espacio. No, lo siento. Respeto demasiado el mío.

Me ofreció su mano y su hombro para llorar. Asentí, condescendiente.

Me arrojó por la ventana. Oh, cielos.

Hubiera aceptado esas alas.

Conectados

- ¿Y coincidieron?

- En un par de planetas, pero fue suficiente.

- ¿Suficiente para qué?

- Para saberse conectados, mirando el mismo cielo, sonriendo.

Recuerdos ajenos

La lluvia es la mejor amiga de los poetas. Se lleva las memorias y las tristezas para, así, continuar.

Pero a veces, lo que llueve son recuerdos.

Recuerdos propios, para celebrarnos.

Y recuerdos ajenos, para mostrarnos lo que queda por vivir.

El mismo cielo

Esta noche, la Luna y Júpiter bailan y compiten, viendo quién brilla más. Gana quien te haga suspirar, si lo haces con una sonrisa en la mirada.

Miento. Gané yo, brillando más que ambos, cuando te supe viendo el mismo cielo que yo.

martes, 30 de julio de 2019

Piropo

Miró al unicornio, majestuoso, sus crines tornasol con tonos vino, sin herraduras ni silla - no las necesitaba. Parecía invitarla a subir.

Halagada, ella sonrió y acarició lentamente la mejilla izquierda del magnífico animal. A sus 33 años, ya no era virgen.

Los ojos le brillaron, coquetos, mientras se alejaba. No todos los días recibes un piropo así.

Vacaciones

El martes comenzarían sus vacaciones. Justo antes de medianoche miró sus instrumentos de tortura, a su víctima, aterrada e inmóvil - y sonrió.

Qué afortunado era por trabajar en lo que le gusta.

- El último, -se dijo a sí mismo.

Puso manos a la obra. La playa lo esperaba.

viernes, 26 de julio de 2019

Escombros

Despertó. Todavía tenía las manos en la cara. Oía el polvo y los guijarros asentándose, pero no veía más que un rayo de luz en el piso. Hecho un ovillo, rodeado de escombros, no podía moverse.

- ¡Que no tiemble otra vez! -pensó, temblando de miedo.

Se preparó a esperar.

- Ojalá que llegue pronto la ayuda.

Viento


- ¿Me romperías el corazón?

- Está bien, -y la besó lentamente, con pasión y ternura infinita.

Se quedaron de la mano en silencio un largo rato, cada una en sus pensamientos. Sopló un viento frío entre ellas.

Sin un “Me tengo que ir” o un “Nos vemos”, se levantó de la banqueta. 

- Tengo frío, -dijo, y se alejó sin voltear atrás.

El viento helado las separó aún más.

Tortura

- Nolohagas. Porfavorporfavor, nolohagas. Ya no lo soporto. Te lo suplico. ¡Tengo hijos! ¡No, no, NO! Espérateporfavor. ¡NononoNONOOOO…!

- ¡Aaaarrrghhhh!

Con una sonrisa resignada de “¿Por qué siempre me toca a mí?”, la enfermera terminó de ponerle la vacuna al hombre.

Iba a ser un largo día.


La pared


La última vez que vi a mi mamá fue después de su juicio militar. Era muy chico para saber qué pasaba.

No quise voltear. Solo miré a la pared. Pero oí los disparos del pelotón de fusilamiento y cuando cayó al suelo.

Yo solo miré a la pared.

Medalla


¿...listos? ¡Fuera!

*BANG*

El disparo lo hizo reaccionar y corrió. Corrió como nunca. Como rayo, como la liebre del cuento, como el destino.

Otro oro.

En el fondo, corría para dejar la soledad atrás.

Con su medalla y el eco del aplauso, regresó a una casa vacía.

Amantes


"¿Y seguiremos siendo amigos?", preguntó su amante.

Él asintió, la mirada fija en el cuerpo de su esposa, que se hundía en el cemento fresco.

"Siempre estaré contigo. Es todo lo que deseo," susurró él.

Nunca se volvieron a ver.

Veinte años


Él se quedó callado.

Ella también, pero no colgó.

“Veinte años demasiado tarde,” dijo.

“¿Y si lo intentamos?”

Pero no era el momento, y ambos lo sabían. Así como sabían que seguirían estando ahí, el uno para el otro.

Sin más, colgaron.

*click*

Tres reyes

Al principio fue difícil. Conquistar a cada rey, solo para "accidentalmente" quedarse viuda.

Tres veces.

Siempre quiso ser una reina. El oro, el incienso y la mirra fueron sus primeras recompensas.

Finalmente, la corona y el reino eran de ella.

De traje


La muerte me sorprendió vestido de traje. Yo quería irme cómodo, informal y feliz, el aire frío de la madrugada en mis pulmones. No así, con calor en el metro, rodeado de gente.

Maldito corazón, que siempre me hizo como quiso.

Ni siquiera mi muerte fue mía.

Alcatraces


- Qué alcatraces tan chulos. Gracias.

- Son para ti, amor mío. Y los siguientes que pinte serán aún más bellos.

Frida sonrió, amorosa. No tenía el corazón para decirle a Diego que, en el fondo, odiaba esas flores tan blancas y largas, como fantasmas elegantes y burlones.

Obsesivo


Le decíamos que era un obsesivo, pero nosotros qué íbamos a saber. Ponía toda su atención en no pisar las líneas del pavimento. Hasta parecía que se le iba la vida en eso.

- Son sierras láser, -nos explicaba.

Y así iba por la vida.

Quise hacerle una broma y lo empujé en los adoquines. Se hizo mil fragmentos hexagonales.

Ups.


Fortuna



LEEMOS TU PASADO Y TU FUTURO – decía el letrero.


Confiado, eligió “presente.”


La gitana lo destrozó: “Tus besos no enamoran.”

Abrazos


Ella quiso enseñarle cómo. Abrazó un árbol y sintió paz.

Él quiso aprender cómo. Abrazó un árbol y se sintió ridículo.

Aun así, se casaron. No funcionó.

Oh, sorpresa.

Sembrando

Ella me contó, en un susurro de flores.

Yo lo sembré. Lo puse al sol. Lo regamos. Y estamos esperando ver cómo florece.

Sembramos un cuento.


- Escrito con Bere Fuentes

Conejitos de chocolate


Cada que abro un conejito de chocolate me acuerdo de cuando mi papá nos llevaba uno, a veces, cuando regresaba de trabajar.

Saben suavecito, super dulces.

Saben a hace muchos años.

Saben a una vida por delante.

Saben a que quiero regresar.

Cartas


Él nunca había escrito nada. Cuando coincidieron, una carta de amor diaria halló camino hasta ella. Pero ella siguió su destino, y las cartas sin escribir se le acumularon a él en el corazón, hasta que le explotó, dejando mil flores de colores.

Y un suspiro.

Sor Juana


"¿Causa de ingreso al convento?"

Sin empacho, escribió la verdad en el pergamino: Parricidio.

Seguiría escribiendo. Los textos por venir se encargarían de opacar y borrar esa palabra, tan cruda y ofensiva. No cejaría, hasta ser llamada la Séptima Musa.

Sin preguntas


Él ya la superó.

Ella, no.

Pero ella siempre, siempre, sonríe.

Así no preguntan.

Para él

Todas sus letras eran para él. Los textos más alegres y los más desgarradores y los más desfachatados. Su suicidio y resurrección y todo el proceso hasta volverse una mejor persona.

Hoy descubrió que él ya no la sigue. Seguramente desde hace mucho.

En fin.

El príncipe


Cuando quiso besar al príncipe, él escapó. ¿Ser príncipe? ¿Responsabilidades?

No, gracias.

¡Croac!

Tac, tac


Era la mejor escritora del mundo. Había ganado todo. El mundo entero la conocía.

Y ella seguía escribiendo. Sus más cercanos sabían que lo hacía a máquina, pero nunca cuestionaron. Respetaban su soledad.

Tac, tac, seguía ella, incansable.

Y la máquina, siempre hambrienta, sonreía.

Llueve


Llueve.

Pero él no lo siente.

El viento helado se lleva con él pequeños fragmentos de su corazón.

Pero él no lo nota.

Solo sabe que, algún día, volverá a amar.

Después de todo, son solo lágrimas. O lluvia. Da igual.

Y está bien.

Sola


¡Aaaah...chúuuu!

-Salud.

-Gracias.

Necesitaba un novio. Ya estaba cansada de hablar con el gato.

La montaña y el glaciar


La montaña le preguntó: "¿Regresarás?"

El glaciar contestó, frío: "Sí."

"Entonces, te esperaré."

Y él se fue, muy lentamente, hasta perderse de vista.

Ella, feliz y majestuosa, sigue esperando.

El otro camino

Esta vez, después de ponerse las zapatillas de rubí, Dorothy siguió el camino rojo en lugar del amarillo.

Aprendió a usarlas y todo fue más sencillo.

Llegó al final sin contratiempos y decidió quedarse en Oz.

Esta vez, ella era la bruja.

  

Todos somos la bruja en la historia de alguien.

Cthulhu


Soñó.

En su inmensidad, soñó con destrucción, terror y muerte.

En el frío abrazo más allá del tiempo, suspiró... y los sueños del mundo se estremecieron.

En su sueño eterno, sonrió.

Ya pronto.

Sótano


Mi casa tiene sótano. Sí, es muy vieja. Nunca me dio miedo bajar, aunque fuera oscuro y húmedo. Hasta que descubrí la pared falsa y empezaron los susurros.

No debí escucharlos.

Ahora, me hablan y me exigen cosas. Ya no más. Mi esposo empieza a sospechar.

Será el siguiente.

Intruso


Anoche llegué tarde a casa.

Las luces estaban apagadas y entré en silencio para no despertar a nadie.

Mis hijos, en sus camas; y mi esposa, dormida en la cama conmigo.

No supe qué hacer, cómo reaccionar.

¿Espero a que despierten?

¿Y si el intruso soy yo?

Toc, toc


Como cada que voy al baño de noche, trato de no hacer nada de ruido para que no me escuche mi hermano.

Fallé otra vez.

Lo oigo salir de su cuarto y tocar la puerta del baño. Toc, toc.

- Espera tu turno.

- Solo quiero un abrazo, -me dice.

Tiemblo. Él murió hace un año.

Viene por mí


No he podido dormir en días. Mi esposa dice que no es nada, pero sé que hay alguien más en nuestro cuarto.

Hoy, a media noche, tomé el celular y saqué una foto a oscuras.

Era mi esposa, a mi lado, viéndome sin párpados ni labios.

Corrí, pero sé que viene por mí.

¿Y ahora?


Anoche morí. Fue sin querer.

¿Y ahora?

¿Quién le explica a uno?

La misa a la que no fui


- Está en coma, - nos dijeron. 

Pensé en todo lo que quería decirle:

- Gracias por todo. Te quiero, aunque nunca te lo diga. Estoy orgulloso de que seas mi papá.

Pero ya había muerto y, como éramos todavía unos niños, nos contaron una semana después de la misa. Que así era mejor para nosotros.

Nunca llegué a entrar en esa iglesia.

Aniversario


"Buenas noches, mi amor. Descansa," – le dijo su papá, con una sonrisa amorosa en la voz, y le dio un beso en la frente.

Como cada año en este día, aterrada y sin abrir los ojos, se hizo la dormida. Su papá había muerto hace exactamente diez años.

Espejo


Era automático: cada noche pasaba frente al mismo espejo y, cuando se alejaba y dejaba de verse, extendía la mano y la agitaba en un saludo, jugando a comprobar que sí era él.

Un día, su mano no le devolvió el saludo. Nunca volvió a pasar por ahí.

No fuera a ser.

Es para ti

Le dijo:

-Eres todo para mí.

Y lo perdió todo.

Aún así, nada había cambiado. Y todo había cambiado. Pero no ahí, adentro.

- Ten, te doy todo.

* Saca de su pecho algo ligero, levísimo, frágil como el corazón de un ratón. Se lo entrega.

- Es lo que me queda. Es para ti.

Fragilidad


- ¿Qué esto que tengo aquí? ¿Duele?

- Esto, pequeño, se llama 'fragilidad'. Y sí, duele un poco.

- ¿Y se quita?

- Ojalá que no, nunca.

jueves, 25 de julio de 2019

Ella

Ella lo saludó.

A él. Sí, a él.

A él se le iluminó el alma.

Falsa alarma. Ella solo dio RT a otro saludo.

Él no se desanimó y le contó de su día.

En su mente.

Ahí ella siempre le sonreía.

Humor, amor